lunes, 2 de enero de 2012

CuEnTaCuEnToS: Ese gato tiene razón...



"Ese gato tiene razón", decía para sí mientras miraba una foto en una página web que frecuentaba, "ese gato tiene toda la razón, no puedo seguir así por alguien, no puedo, no puedo..." Y la historia se remontaba a unos meses antes, cuando sus ojos se cruzaron con los ojos de un alguien especial, de un alguien que hacía que su corazón latiera desbocado cada vez que lo recordaba, de un alguien que no volvería a ver, de un alguien que ni siquiera merecía la pena. Pero ahí estaba ella, centrada en su mundo, en su mirada, en sus labios, en los miles de planes que ideaba cada noche para volver a verlo. Él por su parte cada noche inventaba una nueva excusa perfecta para cada nuevo plan y ella le creía, porque no podía  hacer otra cosa, porque estaba ciega, porque por más que alguien la hubiera agarrado por los hombros y sacudido bien fuerte para que reaccionara no hubiera vuelto a la realidad. Tuvo que ser un gato, un simple gato el que la trajera de nuevo a este mundo, el que le hiciera abrir los ojos ante la realidad que se negaba a ver, el que en pocas palabras describiera al dedillo la situación que ella misma estaba viviendo. Cada noche sin dormir pensando en él, cada sueño roto con una nueva excusa, cada lágrima que resbalaba por sus mejillas, cada te quiero susurrado al aire, cada corazón dibujado en la ventana, cada escalofrío que recorría su espalda y erizaba su piel cada vez que pensaba en él, todo para nada, porque él seguía evitándola una y otra vez. ¿Cuánto tiempo llevaba en esa situación? ¿Cuánto tiempo más estaba dispuesta a seguir así? Miró por la ventana y suspiró, con todo el dolor de su corazón debía aprender a olvidar.