jueves, 9 de agosto de 2007

CuEnTaCuEnToS: Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado...

Nada más despertar, se gira y lo descubre a su lado. Una sonrisa asoma a su rostro al ver que aquello no había sido un sueño, uno de esos sueños que parecen vividos realmente, uno de esos que puedes llegar a tocar las cosas, a olerlas e incluso puedes llegar a saborear helados de melocotón. Esta vez no había sido así. Allí estaba, ante sus ojos, podía tocarlo, sentirle cerca. Todavía no se había acostumbrado a su compañía.

La tarde anterior había salido a dar un paseo, como cada tarde. Se había puesto ropa cómoda, unos vaqueros y una blusa, cogió las llaves y se fue. Le gustaba pasear tranquilamente, sin ruidos de civilización, sin prisas. Su trabajo ya era lo bastante estresante como para querer más. Se sentaba en un banco y leía un libro, o veía a los niños jugando en el césped, o simplemente miraba al cielo. Estaba en una de esas cuando de repente lo vio aparecer a lo lejos. Su forma de andar era decidida, como si ya hubiese tomado una decisión. Sus ojos se mantenían fijos uno en el otro. Se acercaba decidido, sin prisa. Cuando llegó al banco, se quedó un momento de pie, observando cada detalle. Poco después sin mediar palabra se sentó a su lado. Todo había pasado muy deprisa, pero ambos sabían que conectaban a la perfección.

- ¡Buenos días campeón!
- ¡Guau, guau!
- Ja, ja, ja ¿tienes hambre no? Bueno, ya voy, ahora me levanto, a ver que hay en la nevera, seguro que te gusta. Verás cuando llegue mi novia esta tarde, seguro que le gustas y que te gusta, ya verás cuando se lo cuente, no me va a creer, pero tú me vas a ayudar a que me crea ¿no?
- ¡Guau, guau!