viernes, 5 de octubre de 2007

Mi soledad y yo...


Cuando la soledad llame a tu puerta no te resistas, aunque lo hagas ella se deslizará por debajo de tu puerta, quizá te de una oportunidad cuando llame al timbre, ábrele, sino no habrá vuelta atrás, se adueñará de ti, sin compasión, te invadirá y se repartirá por todo tu ser. Cuando quieras darte cuenta ya no podrás hacer que se vaya, porque ya será parte de ti, de tu cuerpo, de tu mente y de tu alma. Dirigirá cada uno de tus movimientos, a su voluntad, dominará todo tu ser y será fuerte.

Cuando la soledad llame a tu puerta procura estar preparado, si le abres se sentará en una silla a esperar su momento. Este quizá nunca llegue por lo que seguirá esperando, tal vez para siempre, mientras tu sigues viviendo tu vida sin ella. Observará cada uno de tus movimientos siempre en la distancia, pero siempre preparada, expectante.

Llaman a la puerta. No tengo ni ganas ni fuerzas para abrir. Quizá ya sea demasiado tarde.
Entró.

2 comentarios:

Pugliesino dijo...

Y acaba de salir al abrir este comentario :)
La soledad viene bien para recuperar fuerzas y verás como ella sola desaparece cuando sonrías. Animo!!

Anónimo dijo...

Si miras alrededor (tanto en el mundo real como en el paralelo donde estamos muchos de nosotros...) te darás cuenta que no hay sitio para la soledad.
Animo niña!