domingo, 21 de octubre de 2007

CuEnTaCuEnToS... Número 100!!!!

“Señoras y señores en breves minutos aterrizaremos en el aeropuerto del Prat, la temperatura en el exterior es de 18 grados, el día esta soleado y se prevé que la temperatura máxima sea de 21 grados. Son las 7:45 de la mañana hora local. La tripulación les desea que tengan una buena estancia y espera volver a encontrarles en un vuelo de nuestra compañía”

Esas fueron las palabras que la sacaron del sueño en el que se encontraba. Después de hora y media de viaje despertaba en tierras catalanas, con más ilusión que esperanza, con un poco de hambre también pero dispuesta a comerse el mundo en un fin de semana. Una vez fuera del avión se dirigió a la zona de salida, sintió el aire fresco de la mañana preguntándose si 18 grados no serían demasiados para la temperatura que estaba sintiendo en su piel. Sabía que le quedaba un rato todavía para llegar a su destino por lo que se encaminó a coger el tren. Tenía una mochila y un trozo de papel en su mano con una dirección. Se dijo que no podía ser tan difícil llegar, alguien tenía que conocer aquella calle, preguntando se llega a Roma y ella iba a llegar a su destino le costase lo que le costase.

Una voz femenina le avisó que la siguiente parada sería la suya. En su interior sentía un poco de miedo por lo que podía descubrir al traspasar aquella puerta, al bajarse en aquel andén, al llegar a un sitio extraño sin avisar ni siquiera de su llegada. Al bajar del tren se perdió entre la multitud que abarrotaba las vías, se sintió como una hormiga en mitad de una estampida de búfalos, pero la verdad es que no le importó, sabía lo que quería e iba a conseguirlo. Volvió a desplegar el papel que llevaba en sus manos para asegurarse de que preguntaba por la dirección correcta.

Un metro, un autobús y cinco minutos andando después llegó a su destino. Un portón de metal con grabados en verde se levantaba ante ella. Sabía el piso y la letra pero era demasiado temprano para tocar al portero en una casa decente, por lo que pasó por su cabeza la idea de esperar a que la persona adecuada saliera de aquel portón. Si, era una locura pero ¿qué más daba una más? Sabía lo que quería y sabía que aquella puerta alguna vez se abriría y saldría él.

El tiempo se le hacía interminable, estaba nerviosa aunque sabía que cuanto más tiempo esperara más cerca estaría el momento de volver a verle. Sabía que cuando esa puerta se abriera le iban a temblar las piernas, perdería la conciencia del tiempo y una sonrisa tonta aparecería en su cara.

El tiempo trascurría con su acompasado ritmo hasta que aquella puerta se abrió. Si, se había abierto varias veces aquella mañana pero aquella vez fue la adecuada. Él la miró y se quedó mirándola. Ella lo miraba y esbozaba una sonrisa.

- - - Bon dia
-
Bon dia
-
¿Qué haces aquí?
-
Espero
-
¿Cuánto tiempo llevas esperando?
-
Un par de horas, no mucho más
-
¿A quién esperas?
-
A un crío
-
¿Un crío? – dijo frunciendo una ceja
-
Si – dijo sin apartar ni un milímetro sus ojos de los suyos
-
¿y cuando lo veas que le dirás?
-
Nada
-
¿Nada? – decía mientras avanzaba hacia ella
-
Él sabrá que decir
-
¿Él? – dijo irónicamente con una sonrisa que la hizo temblar aún más. Ella asintió con la cabeza - ¿Y si él no encuentra las palabras?
-
Estoy segura de que sabrá que decir

Él . Él estaba ya tan cerca que podía sentir su olor, su presencia, sentir como sonaba su corazón, sentir como le temblaban las piernas, como sus palabras se hacían cada vez más difíciles de pronunciar.


- ¿Por qué has venido?
- Porque necesito volver a verle
- ¿Qué tiene él que no tenga otra persona?
-
Un no sé qué
-
¿Cuánto tiempo hace que no le ves?
-
Mes y medio – esta respuesta hizo que él entrecerrara los ojos, pensaba la siguiente pregunta y a la vez no podía dejar de pensar que había pasado casi dos meses desde su despedida en aquel aeropuerto
-
¿mes y medio y quieres que él sepa lo que decir? – dijo con una sonrisa
-
Lo sabrá
-
¿Por qué estás tan segura?
-
Porque lo sé
-
¿Hasta cuándo vas a seguir esperando?
-
Hasta que baje
-
A lo mejor no baja
-
Bajará – dijo ella muy segura de sus palabras
-
¿y si no tiene nada que hacer fuera de su casa hoy?
-
Bajará
-
Bueno, supongamos que baja, quizá no te vea o tenga cosas que hacer y no pueda quedarse a hablar contigo
-
Él me verá y cuando lo haga sabrá lo que hacer
-
Vaya, veo que no se lo pones muy fácil

Ella no pudo aguantar la risa en ese momento y se puso a reír al tiempo que se sonrojaba ligeramente. Él rozó con su mano sus cálidas mejillas, aquellas mejillas sonrojadas que eran el marco de una sonrisa abierta y sincera.

- Bueno, entonces me voy, vaya que baje y lo que vea sea mi espalda y no la belleza de tus ojos.

Ella bajó la mirada para seguidamente levantarla y ver como él volvía a entrar en el portal del que minutos antes había salido. Una sonrisa asomó a sus labios ¿Qué tenía que la enganchaba tanto? Quizá fuese simplemente amor.



Dedicado, como no, al Jefe, al creador de cuentacuentos,

y es que en una fecha tan especial no me podía olvidar de él

porque gracias al Señor de las Historias la magia cobra vida cada lunes

hoy ya van 100 de esos lunes mágicos, esperemos que sean 100 mil lunes más

Gracias

14 comentarios:

Anónimo dijo...

conversaciones en un portal, palabras lanzadas al aire sobre miradas llenas de sentimiento. Porque será que me imaginaba a los protagonistas...

que sean no cien sino mil más y que nos sigamos leyendo guapa.

muchos besos neni.
Jara

Pedro dijo...

Muy tierno el cuento, sí señora. Es que el amor es lo que tiene. Muy buena la conversación, me ha gustado el estilo de flirteo que le has dado, muy creible.


Un saludo,


Pedro.

Anónimo dijo...

Joooo miniña... Me dijiste que no lo leyese y vine rápido a hacerlo... No es que no te haga caso, más bien es que me gusta contrastar los echos...

Me ha encantando y me ha parecido muy tierno... Ojalá las cosas fuesen así a veces...

100 besines de todos los sabores y 100 abrazos de todos los colores.

Luz de Luna dijo...

Muy en el estilo de tus �ltimos cuentos,. Muy bonito y tierno.

besitos.

:) vamos a por las 1000...

Blogger dijo...

Gluuuu! que historias más bonitas!! no tenía ni idea de que escribieses! y menos de que leyendote pudiera sentir tanta felicidad! es como...una mañana tranquila y soleada, a 18 grados ni mas ni menos

Laura Luna dijo...

Has escrito historias bastante bonitas y tiernas, y en esta ocasión me ha gustado cómo has ido describiendo los sentimientos de la chica antes de llegar a su destino. Sin embargo, la redacción es bastante mejorable; me ha dado la sensación de que lo has escrito algo rápido, y la historia es un poco "de película".

Sobre todo, espero que mi opinión no te ofenda :$ Recuerda que en Cuentacuentos estamos todos para ayudarnos a mejorar y este tipo de comentarios nos ayudan a ello:$ Pero si te molestan, no te los haré más :)

¡Un besote!
Mun

Anónimo dijo...

¡Qué bonito!

Me encantó la conversación, tengo la sonrisa dibujada en la cara, jejeje.

Maya Takameru dijo...

Me gusta. Una historia sencilla, suave, que acaricia y te deja con una sonrisa ^^

Klover dijo...

Me ha gustado la historia, le has dado un toque suave y dulce aunque opino un poco como Mun. Un besote

Livtrase dijo...

Me has arrancado una sonrisa. Y con los dos dias que llevo, es un mérito. Cuanta dulzura.
Ojala a ti se te cumpla el cuento, niña...
Besos!

Anónimo dijo...

Siiiii! Por fin se decidió a volver a bajar!!!! Jajajaj, con tanta pregunta seguro que a la pobre chica la tenía hecha un flan. Ayyyyyyy, será el amor...

Muchos besitossssss (100 u más!)

Anónimo dijo...

Al principio me dio miedotos... :S
jejeje, no... es que el primer párrafo me hizo pensar en mi viaje a Bcn y en las turbulencias tan majas que nos acompañaron a la vuelta... ¡Me pongo mala sólo de pensarlo! Ayayayayayayyyyy!! jeje
Dejando eso a un lado, la historia me parece súper tierna y muy dulce. Muy, pero que muy bonita.

Un besote y 100mil aplausos wapa!

Pugliesino dijo...

Simplemente el amor. ¿Habrá algo mas simple?
Ya es complicado que un avión se eleve, lo es poder volar, incluso el propio tiempo tiene su complejidad, pero nada mas complejo que el ser humano. Un diálogo que describe con gran acierto que el amor es simplemente vivirlo. Tan simple como la vida misma.
Una historia llena de vida.
Un abrazo y felices 100!!

Anónimo dijo...

Qué bonito Wannea. A veces yo me siento así, cuando muestro mi seguridad en algo tan resbaladizo como el amor y la gente simplemente no lo entiende.
Felicidades guapa.

Un beso.